Tres encapuchados entran en la farmacia dispuestos a robar la caja registradora. Es lo que se encuentra Samuel en su día libre. Entre todos los allí presentes intentan evitar el atraco y en la Farmacia se organiza una batalla campal.

Sillas de ruedas  contra los atracadores y mostradores por el suelo. Entre tanto caos, Samuel sabe lo que tiene que hacer. Intenta reducir a uno de los delincuentes.

Samuel explica que "él se va hacia detras y yo le tiro para poder agarrarlo mejor". Lo descamisa en medio del forcejo. Marisa, una de las farmaceúticas también intenta ayudar a su manera, agarrándo  por el cuello al Policía.

Dice que son gajes del oficio. Una buena intervención que permitió deternerlos a todos. No se llevaron ni un euro de la caja fuerte, aunque los destrozos del local ascienden a miles de euros.