En lo que va de verano ya se han ahogado 20 personas entre niños y adultos. Por eso, es fundamental saber nadar desde muy pequeños. Se recomienda empezar a tomar clases con dos años, y por otro lado conocer las técnicas de rescate, por si llega la situación de atender a una persona.

En el caso de los niños el consejo principal es que los adultos nunca les quiten el ojo de encima porque en menos de un minuto puede pasar la desgracia. Los médicos dicen que un niño puede aguantar bajo el agua entre 2 y 3 minutos antes de ser rescatado y que no tenga ningún daño posterior. Hasta 5-6 minutos también podríamos salvar a un niño que se ahoga, pero podrían quedarle secuelas cognitivas y quedar discapacitado.

El 70% de los niños que se ahogaron no sabían nadar ni tenían flotadores. Ojo, los flotadores están bien pero tampoco son fiables porque se pueden desprender, caer de los brazos, desequilibrar al niño. Se recomiendan pero siempre con un adulto vigilando.

"El equipar a un niño con hinchables no es suficiente, es necesaria la atención exhaustiva de los padres", recuerda Ciro Regoarche, socorrista del Grupo Náutica.

Lo mejor en una situación de ahogamiento, es utilizar un objeto con el que poder alcanzar a la persona. Si no tenemos nada a mano, intentaremos llegar nosotros mismos pero sin soltarnos del borde. En caso de que la víctima esté inconsciente, la pinza de bíceps es fundamental

Las víctimas que se lanzan al agua de cabeza en lugares poco profundos, pueden tener daños medulares. Además de sacarlos a flote hay que proteger el cuello.

Sin duda, la mejor opción siempre será tener cerca a un socorrista profesional.