El padre Román, único imputado en la presunta trama de abusos a menores en Granada, se enfrenta a una pena de hasta 10 años de prisión. Se le acusa de delitos de abuso se sexual y de aprovecharse de su posición de superioridad sobre el joven que le denunció. Así lo ha notificado el juez del caso. El auto de procesamiento recoge los supuestos abusos sexuales y los correos que el imputado habría enviado a la víctima.