Hasta 16 ciudades españolas han ofrecido este lunes de manera simultánea un concierto que ha comenzado a las siete de la tarde, con el que la Asociación de Músicos Profesionales de Orquestas Sinfónicas (Ampos) y la Sociedad de Artistas y Ejecutantes han pedido la comprensión de la sociedad y han reclamado a la clase política la continuidad de las 26 orquestas sinfónicas con las que cuenta España.

El habitual traje negro con el que acostumbran a salir los músicos al escenario era, en esta ocasión, una especie de vestimenta de luto ante los recortes que viene sufriendo la música. "Sí se puede", se oyó en Madrid tras la lectura del manifiesto, mientras en Palma de Mallorca muchos de los seguidores de la huelga en la educación se unían a la protesta de los músicos. "Es muy guapo ver tanto verde", aseguraba al comenzar el acto el representante en Baleares de Ampos.

Y es que la música ha tomado las plazas de las principales ciudades españoles para que los instrumentos, además de interpretar partituras, sirviesen de megáfono para reclamar que la clausura de una orquesta "es tan grave como cerrar una biblioteca o un museo". En Madrid, los que se acercaban se mostraban curiosos porque la música que habitualmente suena en lugares como el Teatro de la Ópera hubiese abandonado ese edificio y se hubiese situado frente a ella, en la Plaza de Isabel II, una de las más concurridas de la capital.

Asistentes de todas las edades recogían con entusiasmados aplausos que la música se hubiese trasladado a las calles. En Barcelona, la Orquesta Sinfónica del Liceo, la Nacional de Cataluña y la del Vallès se unían en un concierto en la plaza de la Catedral que añadió otra protesta más, la situación que atraviesa el Liceo. "Si hace unos años me dicen que la orquesta de una ópera (la del Líceo), que no es solo un referente cultural en Barcelona, sino en todo el mundo, está con un ERE... Es increíble, pero está ocurriendo", comentaba David Morales, presidente de Ampos.

Conciertos públicos para que las orquestas sigan siendo, precisamente eso, públicas, y para concienciar que su clausura pueden sumir a España en el "penoso" estado musical en que se encontraba hace 30 años.

Especial significado tenía esta protesta en Murcia, donde su orquesta sinfónica está sumida hasta finales de año en un expediente temporal de regulación de empleo que afecta a sus 49 músicos y 7 técnicos desde junio de 2012. Allí, unas 200 personas se unían a esta lucha por la continuidad de unas orquestas que sufren los efectos de la subida del I.V.A. y de la crisis económica en general. Dicen sentirse amenazados por las reducciones, supresiones, limitaciones de plantillas y planes de discontinuidad que vienen soportando y extienden la problemática no solo a las orquestas, sino a las escuelas o conservatorios en los que se labra la carrera de los músicos.

Un concierto que se ha celebrado de manera simultánea en 23 ciudades españolas y en el que se han interpretado obras como la "Sinfonía 40" de Wolfang Amadeus Mozart, "La Gazza Laora" de Rossini, "La Boda" de Luis Alonso de G. Giménez o "Todos somos música" de Luis Cobos. Además, Bilbao, San Sebastián, Granada, Pamplona, Valencia, Tenerife o Las Palmas de Gran Canaria, entre otras ciudades, han organizado conciertos en plena calle, para hacer llegar la música a todos y para recordar la importancia que la música tiene para la riqueza cultural del país.