Un 20 de noviembre de hace 57 años se aprobó la Declaración de los Derechos del Niño. Bajo la premisa "luchemos por los niños. La Humanidad debe al niño lo mejor que pueda darle" y después de haber sido ratificada por unanimidad por todos los estados miembros este texto recoge diez principios fundamentales que reivindican entre otros, el derecho a la igualdad, a tener una protección especial para el desarrollo físico y mental, a tener una nacionalidad y un nombre, a la alimentación, educación, vivienda y atenciones médicas.

Este texto no tenía carácter vinculante de forma legal así que tras años de negociaciones con los diferentes gobiernos del mundo, el 20 de noviembre de 1989 se logró el texto final de la Declaración de los Derechos del Niño, ahora sí con cumplimiento obligatorio.

La ONU recomendó en 1954 destinar un día a fomentar la fraternidad entre los niños y niñas del mundo. Desde Unicef se lanza un mensaje claro en relación al objetivo de esta celebración: hay que recordar a la ciudadanía que los niños son el colectivo más vulnerable y por tanto que más sufre las crisis, las guerras y el resto de problemas del mundo.

La conmemoración del Día Universal del Niño es una oportunidad para alertar de la situación de extrema pobreza en la que viven más de 450 millones de niños en el mundo, de los 200 millones que son obligados a trabajar y de los 59 millones que no va a la escuela.

El presidente de Aldeas Infantiles SOS de España, Pedro Puig, recuerda que el 35,4% de los menores de 16 años están en riesgo de exclusión social y de pobreza en España y lamenta "que la gente no se lo cree" a pesar de ser datos oficiales. "En los países empobrecidos la falta de recursos se percibe en la misma calle pero en España no es tan evidente porque sólo se conoce una realidad", afirma.