José ha dedicado 43 años de su vida a esta empresa, entro con 15 años, "me han salido los dientes aquí" ha dicho. Ha trabajado aquí hasta hace dos semanas, porque su planta siderúrgica, una de las industrias históricas de Getafe, acaba de echar el cierre y 206 trabajadores se ven ahora en la calle.

Lo peor es que aun tenía capacidad y demanda para seguir produciendo. Se ve inmersa en un concurso de acreedores, y su futuro, y el de sus casi 300 empleados están pendientes de si los bancos les abren o no el grifo.

Los sindicatos alertan, España está en camino de convertirse en un cementerio industrial. Cristina Ayo, trabajadora de Metales Extruídos, ha declarado que "si no se soluciona esa liquidez, no creo que lleguemos a enero".

Los trabajadores no entienden porque razón no quieren seguir adelante teniendo clientes, ya que son líderes en el mercado del aluminio y tienen una cartera de 130 clientes.

Felipe López, Secretario General de la Federación de Industria CCOO, ha declarado que "se está produciendo una pérdida de tejido industrial, que luego es muy difícil de recuperar si no se toman decisiones".

Por eso defienden que sin industria no hay futuro. Y aunque en estos momentos ya esté gravemente herida depende del gobierno no dejarla morir.