CUANDO TUVO EL CORAJE PARA DENUNCIARLO, EL DELITO HABÍA PRESCRITO
La lucha de Miguel Ángel, una víctima de abusos, para evitar que prescriban los delitos sexuales contra menores
Miguel Ángel cuenta que tenía 16 años cuando un sacerdote de 60 abusó de él. Fue tan impactante que no pudo reaccionar. Años después se decidió a denunciar, pero el delito había prescrito. Ocurre en muchos casos de agresiones sexuales a niños, Ahora, recoge firmas pidiendo que estos delitos, los abusos a menores, no prescriban jamás.
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