Dejó sus estudios, las relaciones con su familia empeoraron, su carácter cambió... después de que una de las mejores amigas de Jodie-Leigh Neil muriera, la joven cayó en la anorexia. Según publica 'Mirror', sólo comía 20 calorías al día y llegó a pesar 35 kilos.

"Tenía una imagen corporal extremadamente mala; era violenta con mis padres y, en ocasiones, les produje contusiones", relata. Además, explica cómo siempre que se encontraba en una tienda de ropa todo el mundo dirigía su mirada hacia ella.

Engañada por su madre, finalmente la joven, de 18 años, fue ingresada y a partir de ahí comenzó su recuperación. Ella misma ha contado en las redes sociales cómo ha sido el proceso. En junio llegó a los 63 kilos, pero insiste en que todavía sigue luchando para hacer frente al gran camino que le queda por delante.