Muchos niños buscan en la basura un bocadillo que llevarse al estómago pero eso no ha impedido que Castellón cierre en verano los comedores escolares. Un drama para las familias que denuncian la pasividad de la Administración. Frente a esto, hay quien ha puesto todo de su parte para atender a estos niños. Es el caso del párroco de la iglesia de San Bartolomé de Onda que ha creado un comedor para ellos. Está abierto todo el año, pero ahora, en verano, se ha duplicado el número de bocas que alimentar.
Patricia trae cada día a sus hijos de 11, 5 y 2 años a este comedor social. “No trabajo y somos 9 en casa con 426 euros de mi padre”, asegura. Según la Federación de Padres y Madres de alumnos de Castellón, con el cierre de los comedores escolares en verano, la situación se agrava y se han encontrado con casos extremos. “Hemos visto a niños buscando en las papeleras, niños que se marean y se desmayan”, afirma Loli Tirado, presidenta de FAPA Castellón.
Un problema que también alertó a José, un párroco de Onda que decidió, hace un año, poner en marcha un comedor social para niños. "Vimos que muchos niños que no llevaban almuerzo y rebuscaban en la basura". Durante todo el año atienden incluso a niños, como a los 4 hijos de Amparo, que tienen beca de comedor pero parcial. Esto le permite hacer frente a "alimentación y pagos".
Con la llegada del verano, la cifra de niños se duplica. José cuenta que han pasado de "21 niños durante todo el año a tener 45". Por su parte, la presidenta de FAPA Castellón señala que "esta sociedad se está dando cuenta de la falta de previsión de la Administración que no da soluciones”.
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