Canelones, lasañas y raviolis hechos con carne de caballo y ternera, fueron retirados pero son comestibles y se pudren en España, mientras esperan a que se les dé una buena salida.

Nestlé quiere cedérselos al banco de alimentos para que los reparta entre los pobres, algo que harán en Francia, pero, para eso, es necesario reetiquetar los productos para que indiquen que contienen carne de caballo.

Por un lado, Nestlé pide indicaciones a las autoridades para reetiquetar correctamente los alimentos y aseguran que nadie les dice cómo hacerlo. Por su parte, el Gobierno afirma que es algo que, principalmente, debe correr a cargo de los distribuidores.

La situación también afectaría a Ikea, que tiene una gran partida de albóndigas congeladas, a la espera de decidir qué hacer con ellas.

Aunque parece que hay buena disposición por parte de las empresas, el Gobierno y el banco de alimentos, para que todos estos productos acaben en estos comedores, todavía hace falta mucha coordinación.