El caso de Fernando es uno de los muchos que aparecen cada día en nuestro país. Antes de detectarle una esclerosis múltiple, era judoca, algo que debido a esta enfermedad tuvo que abandonar, aunque continúa siendo feliz. Con su el proyecto Mogena, quiere concienciar a la gente que está pasando malos momentos como el a que sepa apreciar la vida y disfrutar aun estando enfermo.
El propio Fernando dice que le ha costado mucho sufrimiento esta enfermedad, pero que cada mañana que se mira al espejo, lo primero que le sale decir es "ole, un días más". Su mujer es fundamental en su vida ya que le ayuda a que su vida sea mucho más fácil. Está a su lado cuando sufre y llora en silencio. Y gracias a ella es capaz de reír.
Su hija Luna es otro motivo de felicidad "para mi es una alegría cada vez que me dice 'papi yo te ayudo, papito yo te doy de comer', eso es lo que me gusta que llegue el día siguiente para que vuelva a comer".
Y una de las cosas que más repite es que "no pretendo ser el ejemplo de nadie o de nada, ni siquiera ser un héroe".