Francisco no se lo cree. Su madre, enferma de Alzheimer, es rica, pero la visten con ropa de muertas. La tía de Mayte también posee millones, pero ella duda de que le den la medicación.
Son las quejas de los familiares de personas que lucharon por conseguir un patrimonio y que ahora, desde la demencia, no tienen ni lo básico.
Los extrabajadores no sólo respaldan estas quejas. Aseguran que en Afal no se respeta ni a vivos ni a muertos. Son denuncias basadas en irregularidades como las que prueban estas facturas con grandes cantidades de dinero de los tutelados gastado en consultas de inmobiliarias y cursos de formación.
La Fiscalía de Madrid tiene abierta una investigación y diferentes asociaciones de Alzheimer temen que estas presuntas malas prácticas de Afal les salpiquen.
La fundación ha colgado en su web un comunicado defendiéndose de las acusaciones. Señala que sólo tres de los 73 enfermos que tutela cuentan con un patrimonio importante actualmente.