La vaca ñata (chata) con cara de bulldog, que pobló las Pampas argentinas, no tenía problemas para respirar ni comer pese a su peculiar anatomía, según un estudio que vincula su extinción a la domesticación.
"La ñata era una raza taurina única entre el ganado debido a su hocico corto y su submordida, una anatomía que produce diferencias en la manera en que operan algunos de los mecanismos de la alimentación", dijo Laura Wilson, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, en un comunicado.
El estudio genético de restos de esta vaca, realizado por científicos australianos y suizos, y publicado en la revista Scientific Report, mostró que sus características faciales no le provocaban los problemas de respiración que padecen los bulldogs.
La investigación, que se apoyó en modelos informáticos, reveló que su rostro pequeño tampoco afectaba la forma en que la ñata masticaba sus alimentos, dado que experimentaba solo un pequeño estrés en sus huesos craneales, según el comunicado.
Los expertos, entre ellos Marcelo Sánchez-Villagra, de la Universidad de Zurich, concluyeron que la extinción de la ñata no se debió a sus limitaciones físicas, sino que esta coincidió con la intensificación de la industria ganadera en Argentina y la búsqueda de una raza óptima para la explotación. "Menos razas son explotadas y muchas se extinguen.
Esto sucede con muchas especies de animales domesticados, lo que resulta en un decrecimiento de la diversidad genética y morfológica en los animales cercanos a nosotros", dijo Sánchez-Villagra.
Charles Darwin, que vio este extraño animal cuando visitó las pampas argentinas que rodeaban Buenos Aires en la década de 1840, se preguntó sobre la naturaleza y la relación con otras vacas de este rumiante que también fue objeto de estudio del científico suizo Ludwig Rutimeyer.