Dos sanciones por mal estacionamiento, una por conducir mientras hablaba con el móvil y otra por circular sin el cinturón de seguridad son las cuatro infracciones que un policía local de Mislata presuntamente se inventó para hacer la vida imposible a su vecino Nicolás.

Su enemistad comenzó hace más de 20 años. Un policía y tres de sus compañeros, que podrían haber colaborado con él, fueron detenidos por un delito de falsificación documental. Dos de los agentes negaron ante el juez haber puesto esas multas. Aseguran que estaban de vacaciones en las fechas en las que alguien rellenó los boletines de sanción y piden que se investigue quién falsificó sus firmas.

El ayuntamiento de Mislata defiende la presunción de inocencia de los agentes arrestados. "Ante los graves hechos que supuestamente se les imputan han sido suspendidos de todas sus funciones", expresa Carlos Fernández Bielsa, alcalde de Mislata.

Nicolás se siente víctima de un complot policial por negarse a simular un accidente para estafar al seguro. "Yo lo quiero es justicia", dice.

Mientras tanto los cuatro policías han quedado en libertad con cargos.