La Policía Nacional ha desarticulado una organización de butroneros especializados en reventar cajas fuertes con radiales y ha detenido a siete personas.

Según ha informado este sçabado este cuerpo, el grupo accedía a sus objetivos mediante la destrucción del sistema de alarma y se desplazaban en vehículos limpios, a nombre de terceras personas o con placas denunciadas como sustraídas.

A los siete detenidos, entre los que figura el líder de la organización, se les imputan cuatro robos con fuerza cometidos en diez días en establecimientos comerciales y empresas de Valencia y Castellón.

La nota policial añade que se han recuperado y entregado a sus propietarios efectos sustraídos que ocultaban en un zulo, situado en un monte de Nules, junto con las herramientas empleadas para los robos, como inhibidores de frecuencia, pasamontañas, hachas, mazas, palanquetas o walkie-talkies.

La Policía encontró también documentación robada, cerca de 6.000 euros en efectivo, otros 41.000 en cheques-gourmet y un turismo que se ha devuelto a su legítimo propietario.

Esta organización criminal estaba "altamente especializada" en robos con fuerza en polígonos industriales de Valencia y Castellón y tenía un reparto de funciones entre sus miembros, ha explicado Eva López, portavoz de la Policía Nacional.

En primer lugar, los miembros del grupo seleccionaban el establecimiento en el que iban a robar y lo sometían a vigilancia durante varios días. Después, se desplazaban al zulo, oculto en una zona rural, donde cogían las herramientas y los materiales para perpetrar los robos, utilizando vehículos limpios, que estaban a nombre de terceras personas sin su consentimiento o tenían placas de matrículas denunciadas como sustraídas.

En las empresas donde perpetraban los robos, dos de los miembros hacían labores de vigilancia, mientras que el resto accedían al interior del establecimiento durante las tres horas que duraba el asalto. Para acceder al interior de la empresa, rompían la valla del perímetro, inutilizaban las alarmas con inhibidores de frecuencia y hacían butrones tanto en las paredes como en el techo.

En el interior, desactivaban y rompían las centralitas y, a través de butrones o fracturando las puertas, accedían a los objetos de valor, como teléfonos de última generación, ordenadores y dinero en efectivo.