El empresario fue citado por uno de sus secuestradores en la localidad asturiana para realizar una supuesta compraventa de productos hosteleros. Sin embargo, al llegar al lugar de encuentro, un hombre le amenazó con una pistola y le obligó a conducir hasta un club deportivo de Pola de Siero.
Durante el secuestro, que se alargó hasta tres horas, otros dos hombres con el rostro cubierto con pasamontañas inmovilizaron a la víctima y le sometieron a descargas eléctricas, además de amenazarle a él y a su familia si no entregaban una elevada cifra de dinero en los siguientes días.
Días después de su liberación, el empresario recibió una carta que le instaba a pagar la supuesta "deuda", sin embargo la Policía Nacional ya había logrado identificar a las cinco personas implicadas en el rapto, detenidas posteriormente en las localidades asturianas de El Berrón, Avilés y Gijón, además de en Azuqueca de Henares (Guadalajara).