"Se buscan grafiteros para el primer monumento a la libertad de expresión de Brunete". Una convocatoria interesante del Ayuntamiento y que además tenía premio: "300 euretes por tu trabajo". 8 grafiteros se presentaron. Y como en todo proceso de selección,  les preguntaron por su curriculum. Se quedaron con cinco, los que el Ayuntamiento consideró que habían pintado en las calles de Brunete. Ahí todo cambió. Les anunciaron que tenían que limpiar sus pintadas.

No les quedó más remedio que acabar cediendo porque podía caerles una sanción. Asi que al final el premio fue perdonarles los 300 euros de la multa. "Teníamos que encontrar la manera de dar con esos grafiteros y hacerles reflexionar de forma educativa y contundente", afirma Borja Gutiérrez, alcalde de la localidad madrileña.

La oposición cree que se tendría que haber hecho de otra manera. "No de esta manera casi furtiva. Para eso contamos con la ordenanza de convivencia y con los agentes de la policía local", explica Fernando Corvo, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Brunete.

El mundo del grafiti está escandalizado. A todo esto, Brunete ya tiene el primer monumento a la libertad de expresión. Aunque, de momento, parece que el que menos pinta en todo esto.