Una mujer de 31 años aquejada de depresión mató a cuatro de sus hijas e hirió gravemente a una quinta después de su último parto, en el que no tuvo un varón como ella deseaba, informó la televisión de la provincia china de Cantón (sur), donde ocurrió el suceso.
El infanticidio múltiple ocurrió en un pequeño pueblo del término municipal de Zhanjiang, donde la madre, apellidada Zhou, atacó a sus cinco hijas -la mayor de ellas tenía ocho años- con un cuchillo de cocina.
Zhou, que había dado a luz a la quinta niña el pasado mes, fue detenida por la policía, después de que sus vecinos denunciaran el macabro suceso. Tras ser detenida, Zhou afirmó ante la policía que había decidido terminar con la vida de sus hijas ante la frustración y depresión que sentía por haber dado a luz a una quinta hija en noviembre, y pese a que ella y su marido habían rezado durante años por tener un hijo varón.
La madre se encargaba del cuidado de las niñas y de su suegro, que sufría una discapacidad, mientras el marido trabajaba lejos de casa, relató la televisión cantonesa. En China, especialmente en zonas rurales, tener un hijo varón todavía se ve como un hecho más positivo que tener una niña, ya que el niño heredará en el futuro la casa y las propiedades de la estirpe, mientras que una chica, al casarse, tradicionalmente va a vivir a casa de sus suegros y su marido.
Estas creencias, unidas a la "política del hijo único" que rigió en China durante más de 30 años, propiciaron el abandono de muchas niñas en zonas rurales del país. También contribuyeron a la proliferación de abortos selectivos cuando los padres sabían que iban a tener una niña (algo que se intentó combatir prohibiendo las pruebas para determinar el sexo de los fetos).