En una declaración calificada como “sincera y humana” por parte de los familiares de las víctimas, Ruiz Ayuso afirma que antes de la inspección del recinto de la Delegación del Gobierno, le dijo a del Amo que existían una serie de deficiencias en el recinto, como las barras, el “el túnel del terror” o el tamaño de los roperos. Todos ellos incumplían las directrices que la empresa organizadora del evento, Diviertt, había mandado en un plano.

Ante esto, del Amo replicó que no tenía “ninguna importancia”, aunque aunque era "vital y trascendente para el cálculo del aforo", según Abdón Núñez, el abogado de la familia de Belén Langdon, una de las víctimas de la tragedia.

Ruiz Ayuso también ha reconocido que fue responsable de emergencias hacia la mitad de la noche, a pesar de no estar cualificado para puesto, ya que su titulación es de fontanería.

El técnico se encontraba en la sala de control, donde se ubicaban las cámaras de vigilancia que estaban a cargo de Seguriber, pero declara que en ningún momento le avisaron de la avalancha o el exceso de personas.

El jefe de operaciones señala a la empresa Kontrol 34, como el responsable del aforo y la distribución del público por las distintas plantas del recinto; así como al director de Diviertt, Santiago Rojo, como la persona que dio la orden de abrir la puerta por la que entraron más de 2.000 personas.

El juez del caso Madrid Arena interrogará mañana, tras un visionado de imágenes de la enfermería, al representante de Kontrol 34, Carlos Manzanares y al doctor Carlos Viñals, uno de los encargados de la asistencia médica en el evento.