Por el tono con el que empezó, la intervención de Pilar Sol ya prometía: ¿No quieren caldo? Dos tazas. Con una insólita chulería por delante, la Diputada alicantina fue casi a perla por minuto. Además de las teles de plasma y "otras cosas menos apropiadas", ahí lo dejó, quiso dejar claro que la Generalitat no es una casa de acogida: "La Consellería no es una ONG que se vaya a poner en la puerta con dinero para repartir a diestro y siniestro".

Algunos diputados están asombrados, pero ella sigue firme. Hay que dejar de dar la ayuda con efecto retroactivo, dice, porque muchos parados la solicitan erróneamente: "Sí, muchas solicitudes en número, pero solamente el papelito presentado en un registro público sin más". Parecía que con el papelito había tocado techo. Pero tenía más y mejor: "Hasta ahora, había muchos inmigrantes (marroquíes, rumanos, rusos, sudamericanos), que solicitaban esta renta garantizada, pero es que ahora son muchas las familias de valencianos y valencianas que también la solicitan, y hay que resolver, examinando adecuadamente la documentación".

Examinando la hemeroteca, nos encontramos con su paisana Andrea Fabra deseándole, también a los parados, algo parecido a lo peor. O con un Secretario de Estado atacando a los funcionarios por tomar café y leer la prensa: "Olvidarse del cafelito, olvidarse de leer el periódico". Cualquier colectivo que haya alzado ha acabado descalificado. Los padres de alumnos, por el Ministro de Educación: "Es una huelga de un contenido político extremista". Y los profesores de la escuela pública madrileña, por la expresidenta: "20 horas son en general menos que las que trabajan el resto de los madrileños". Ahora los médicos están en pie de guerra, ¿serán ellos los próximos?