Esperanza Aguirre reconoce que se equivocó con su campaña electoral: "Es muy posible que no acertara en el tono de mi campaña. Consciente de que la rival más importante era la candidata de Podemos, polaricé mis intervenciones en criticar a este partido".

Admite que sus duros ataques a Carmena pudieron se contraproducentes: "Quizá con mis críticas, por más que estuvieran justificadas, contribuí a provocar algún rechazo en nuestra candidatura". Acusó a la exjuez de no ser juez: "A Carmena la llamo juez, pero no es juez, porque es del cuarto turno".

Dijo que quería cambiar el sistema actual: "Quiere utilizar la Alcaldía como trampolín para romper el sistema democrático y occidental". Incluso la vinculó con ETA: "¿Por qué dice usted que los etarras han sufrido mucho?" Y hasta usó su vida personal: "No sé cómo se sentirá, teniendo ella todos esos bienes libres de cargas, y los trabajadores de su marido sin cobrar".

Ahora, varias semanas después de las elecciones, reconoce el error. Ha tardado, porque dice que estaba esperando la constitución de los ayuntamientos, y a que las negociaciones entre Ciudadanos y Cifuentes estuvieran avanzadas. Ella da por hecho que el PP gobernará en la Comunidad de Madrid, pero parece que la candidata no tiene tan claro que el acuerdo llegue "a buen puerto".