A. Chiakhi es el primer detenido en España tras los atentados de París. Un marroquí de 42 años que cumplía condena en la prisión de Segovia por intento de asesinato a su mujer. 

"Era una persona fuertemente radicalizada y que su misión era la de radicalizar y captar a personas que estuvieran en prisión y que sobretodo estuvieran a punto de concluir el cumplimiento de sus condenas para que pudieran realizar las actividades correspondientes una vez en libertad", comunicaba Jorge Fernández Díaz, Ministro del Interior.

Está acusado no solo de adoctrinamiento yihadista en la cárcel, también de amenazas terroristas que incluso llegaron al Partido Popular. Se trata de la segunda parte de una operación en la que se detuvo a dos personas acusadas de enviar cartas amenazantes en nombre de Daesh, amenazando con poner bombas en el metro de Madrid y Barcelona.

A. Chiakhi sería el idólogo que ha impulsado a envíar esas cartas y el autor de esos textos amenazantes. Estas tres detenciones en cárceles españolas pone de manifiesto como las prisiones se han convertido en otro foque de radicalización yihadista.

Según datos de la Audiencia Nacional españa tiene actualmente 180 presos cometidos a vigilancia por riesgo de radicalización. A esta amenaza se suma la de localización de un joven yihadista belga retornado de Siria y que según la Policía podría esconcerse en España.