El Gobierno de Canarias no ha podido seguir adelante con su plan de cerrar la única unidad de todo el archipiélago que trataba a los niños con problemas del corazón, el Hospital Materno Infantil de Gran Canaria.

Brígida Mendoza, consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, ha declarado este viernes que "no se está dando marcha atrás en las decisiones, hay que hacer las cosas con tiempo, y el tiempo estaba por delante y sigue estando por delante y es flexible, no para cerrar sino para reestructurar".

Desde hace una semana, la presión social y las cerca de 70.000 firmas recogidas han obligado al Gobierno canario a mantener el hospital abierto. Una madre cuyo bebé está ingresado por una cardiopatía ha declarado que "estamos muchísimo más tranquilos porque sabemos que mi hija no va ha ser trasladada y que va a ser atendida aquí".

Gonzalo Martel, representante de Padres Afectados por Cardiopatías, declaró que "si el problema era económico habría que pensar en un recorte que afectase a otros servicios diferentes a este que es tan importante, porque son las vidas de los niños las que están en juego".

Los médicos, algo más tranquilos con esta decisión, decidirán si trasladan al paciente o si le tratan en el hospital. Ahora tanto padres como especialistas esperan a que el Gobierno canario cumpla con lo acordado.