Homs convocó a los vecinos para darles a conocer las medidas extraordinarias que pondrá en marcha el Ayuntamiento de Barcelona para paliar las molestias que genera el incivismo de algunos turistas que se hospedan en pisos turísticos de La Barceloneta.
En concreto, el consistorio incrementará el control a los pisos turísticos del barrio con tres nuevos equipos de inspección que revisarán "puerta a puerta" los edificios en busca de ofertas de alojamiento ilegales. No obstante, el gobierno municipal ya ha dejado claro que no abolirá este tipo de locales.
En un tenso encuentro al que asistieron unas 200 personas, Homs intentó explicar estas medidas, aunque la negativa del ayuntamiento a clausurar todos los apartamentos turísticos, como exigen los vecinos, causó el enojo de los presentes, que abandonaron la reunión.
Homs salió de la sala entre gritos de dimisión y algún empujón. El presidente de la Asociación de Vecinos de la Barceloneta, Oriol Casabella, considera que el consistorio "no busca soluciones" a los problemas que sufre el barrio y que las medidas propuestas son sólo un parche para contentar al vecindario.
Algunos residentes de La Barceloneta, sin embargo, han criticado la actitud mantenida en la reunión por algunos portavoces vecinales, al considerar que actuaron con "falta de respeto" hacia la regidora Homs, a quien interrumpieron cada vez que tomaba la palabra.
"La reunión a la que asistí no era para encontrar soluciones que eviten que el turismo de borrachera interfiera en nuestras vidas. Era para linchar a la regidora como servidora pública de proximidad que se estaba ofreciendo a encontrar soluciones", asegura Juli Martínez, uno de los asistentes al encuentro.
En cualquier caso, el fracaso de la reunión sirvió para evidenciar el malestar del barrio, que esta tarde volverá a manifestarse para exigir soluciones contundentes contra el turismo de borrachera.