Tres meses después de declarar por el Caso Rato, el exvicepresidente del Gobierno ha vuelto a hacerlo ante el juez Serrano-Artal. Está acusado de varios delitos, todos ellos englobados en tres grandes causas que aún permanecen abiertas: El caso Rato, el caso Bankia y las Tarjetas Black.

En el primero de ellos, dirigido por el juez de instrucción 31 de Madrid, se investiga el origen de la fortuna personal de Rodrigo Rato. Si hubo irregularidades fiscales derivadas de sus negocios particulares y los supuestos sobornos que cobró durante su mandato en Bankia. Por eso, el juez busca saber de dónde salió el dinero que movió por paraísos fiscales a través del entramado empresarial que él mismo diseñó. Se le investiga, por tanto, por delitos fiscales, blanqueo de capitales y corrupción entre particulares.

El Caso Bankia es competencia del Juez Andreu de la Audiencia Nacional. Se investiga si las cuentas de Bankia fueron maquilladas antes de su estreno en el parqué. Dentro de este caso, está incluida la venta de participaciones preferentes que arruinó a miles de afectados.

Hasta 33 directivos y consejeros están imputados, como Rato, por delitos de estafa, administración desleal, apropiación indebida, falsificación de cuentas y maquinación para alterar el precio de las cosas.

Del caso Bankia surgió una pieza separada que investiga las famosas "tarjetas black" con las que 86 exdirectivos de Caja Madrid y Bankia gastaron más de 15 millones de euros entre 2003 y 2012. Una tarjeta que el propio Rato utilizó hasta 2 días antes de dimitir. Por entonces la entidad ya estaba en quiebra. Se les imputan delitos de apropiación indebida y administración desleal.

De momento Rato sigue en libertad, sin pasaporte y con la obligación de comparecer una vez al mes en el Juzgado.