El pupilo, Viloca, ha estado entre rejas y el mentor, Osàcar, ha sido detenido. Daniel Osàcar el contable histórico de CDC ha pasado a disposición judicial. La Generalitat sigue sacando la cara por el exguardián de los números de Convergència. "Claro que pongo la mano en el fuego por él, es un bellísima persona y es honrado", ha dicho Francesc Homs, conseller de Presidencia en funciones.
Cuando Osàcar fue imputado en el Caso Palau otro puso la mano en la brasa. Artur Mas dijo en El Objetivo, en septiembre, que ponía la mano en el fuego por él. Tan importante como la declaración de Osàcar será la del hombre de infraestructuras.cat, Rosell.
El periodista Carles Quílez ha dicho en Al Rojo Vivo que "Rosell es el hombre de la maquinita de los contratos, una persona muy importante".
La máquina de cobro de comisiones, presuntamente, funcionaba así: Los empresarios interesados en trabajar para la Generalitat se reunían con el tesorero, Viloca. Él ponía a su disposición un abanico de obras y les decía cuánto había que ingresar en CatDem en función del contrato que persiguieran. Ahí entraba en escena Infraestructuras.cat, con J. A. Rosell, que moldeaba los contratos para hacer primar la parte técnica sobre la económica. Cuando la obra estaba adjudicada, el empresario pagaba.
Así, pero a escala local, pasó con un aparcamiento en Torredembarra. Ahí está el germen de la operación Petrum. Se pagó de más a una empresa amiga por una obra que ni se usa.