En ciudades como Madrid, Barcelona y Zaragoza las candidaturas de unidad popular funcionaron. Y ahora, Alberto Garzón, candidato de Izquierda Unida a la Moncloa, dice que hay que repetir para las generales: "Está claro que ninguna fuerza en solitario va a poder transformar este país, y lo que hace falta es entender esa unidad popular".
Su idea, hacer un frente de izquierdas que englobe a varios partidos, entre ellos Podemos. Pero, después del batacazo que Izquierda Unida se dio en solitario, Iglesias dice que no va al rescate: "No somos balsas de salvamento para nadie, cada uno tiene que asumir las consecuencias de la estrategia política que ha llevado a cabo".
Y el número dos, Iñigo Errejón, añade que, el que quiera, que se haga de Podemos: "Las puertas están abiertas para todo el mundo sin importar dónde tenga el carnet, pero en ningún caso sería una coalición de partidos. La suma de partiditos ya se ha visto que no funciona, juntar etiquetas no multiplica".
El frente de izquierdas de Garzón se sustenta en el desdoblamiento de papeleta que hubo en las ciudades. Es decir, gente que votó a la candidatura popular en el ayuntamiento, pero no a Podemos en la comunidad. El ejemplo más llamativo, Madrid capital, donde Carmena arrasó y sacó 230.000 votos mas que Podemos. Pero ¿funcionaría esto en las generales? Eso sí, el precio a pagar sería alto: alguno tendría que perder sus siglas.