Lincoln es un bebé de siete meses, que justo antes de recibir un trasplante, su corazón se paró por una insuficiencia cardíaca. Nació con un defecto grave, su corazón estaba en el lado equivocado de su cuerpo. Tras meses de espera para un trasplante, el bebé murió minutos antes de llegar al Hospital de Niños de Seattle.
"Él murió. Se le acabó el tiempo", afirmo la madre de Lincoln. "Mientras lo preparaban para la cirugía, su corazón se detuvo. Le reanimaron y la compresiones torácicas no tuvieron éxito". Gracias a la determinación del cirujano que le salvo la vida, después de abrir el tórax del bebé rápidamente y comprimir el corazón con sus propias manos hasta que llegó el nuevo órgano.
La rapidez de los médicos hizo que el pequeño volviese a la vida a tiempo para el trasplante de corazón con éxito. El bebé se encuentra bien, pero que le espera un duro proceso de recuperación por delante.