El pleno del Senado votará a favor con casi total seguridad de la expulsión del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, tras su condena en firme por fraude fiscal en el caso Mediaset, lo que puede suponer el acto final de 20 años de carrera política. La votación en el pleno se producirá después de que la Junta para las Elecciones y la Inmunidad del Senado italiano propusiera el pasado 4 de octubre al pleno la retirada del escaño a Berlusconi, en aplicación de la llamada "ley Severino", aprobada durante el Gobierno de Mario Monti.

La ley, que en su momento fue aceptada también por el partido de Berlusconi, establece el veto para concurrir a elecciones y la expulsión del Parlamento durante seis años de los condenados a penas superiores a dos años de cárcel. Y esto es lo que le espera a Berlusconi tras el voto de hoy, seis años alejado del Parlamento, pero además no podrá contar a la hora de afrontar el resto de procesos pendientes con la inmunidad parlamentaria.

El Partido Demócrata (PD), al que pertenece el presidente del Gobierno, Gianni Letta, y el Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Beppe Grillo, así como algunos senadores del Elección Cívica han anunciado que votaran la expulsión de "il Cavaliere", por lo que la retirada del escaño se da por hecha. Berlusconi ha renunciado a estar presente en el hemiciclo durante el voto, ya que sería demasiado doloroso oír como el presidente del Senado, Piero Grasso, ordenaría a los empleados de la Cámara alta a acompañar al senador fuera del hemiciclo.

Mientras, los correligionarios de Berlusconi han organizado una concentración de protesta ante el Palacio Grazioli, residencia romana de "Il Cavaliere", y se prevé que allí el exmandatario se presente para su mitin final. Todo indica que así concluirá la carrera política de Berlusconi tras la fundación de Forza Italia en 1994, pero el exmandatario y empresario ha acostumbrado al país a sorprendentes golpes de escena e incluso la prensa italiana deja abierta la puerta a cualquier posibilidad.

Berlusconi no podrá durante seis años entrar en el Parlamento, ni, claro está, ser candidato a presidente del Gobierno, pero aún hay un recurso presentado en el Tribunal Europeo de Derechos Humano de Estrasburgo sobre la Ley Severino. Tras su expulsión del Senado, se aplicará la sentencia en firme del pasado 1 de agosto por el delito de fraude fiscal en el caso Mediaset.

Berlusconi fue condenado a cuatro años de cárcel, aunque quedarán reducidos a sólo uno, y a dos años de inhabilitación en cualquier cargo público, aunque sobre esta última sanción se tiene que expresar aún el Tribunal Supremo.

Berlusconi, que al ser mayor de 70 años no irá a la cárcel, ha elegido cumplir su condena realizando trabajos sociales, y en los próximos meses el Tribunal encargado decidirá sobre este aspecto.
Asimismo, en cuanto el Supremo confirme la inhabilitación también Berlusconi perderá el tan querido título de "Cavaliere" del Trabajo recibido en 1977, y que entrega la presidencia de la República a los italianos más ilustres.

Un Berlusconi, ya relegado a simple ciudadano, seguirá su batalla judicial e intentará reabrir el proceso Mediaset, después de anunciar que obran en su poder doce testimonios, entre ellos siete "completamente nuevos" y algunos que no le fueron aceptados antes de que el Tribunal Supremo que prueban su inocencia.

Reabrir un proceso en Italia necesita meses o incluso años, y mientras Berlusconi tiene aún que afrontar la apelación por la condena a siete años de cárcel y la inhabilitación de por vida del ejercicio de un cargo público por los delitos de abuso de poder e incitación a la prostitución de menores, en el caso de la menor de edad marroquí, Ruby. También pendiente la apelación de la condena a un año de cárcel del caso Unipol, por la publicación de escuchas telefónica en el diario "Il Giornale", propiedad de su hermano Paolo.

Asimismo, debe afrontar un nuevo juicio por la supuesta compra en 2007 del senador Sergio de Gregorio para hacer caer al Gobierno de Romano Prodi.