El escándalo surgido por la publicación de grabaciones con conversaciones del expresidente francés Nicolas Sarkozy enfadó a la izquierda y a la derecha, entre peticiones de una investigación parlamentaria y de secuestro judicial de las pruebas. El expresidente y su esposa ya han anunciado que pondrán una denuncia por la difusión de las grabaciones privadas que realizó un consejero de comunicación.

En las grabaciones se pueden escuchar tanto comentarios sobre asuntos políticos, personalidades del Gobierno o del partido conservador Unión por un Movimiento Popular, así como conversaciones privadas. En una de las grabaciones Bruni se jacta, en un tono distendido, de que ella es la que aporta más renta al matrimonio y se queja de que no pueda firmar contratos como artista por ejercer su función de primera dama.

La líder ultraderechista Marine Le Pen pidió el secuestro de las polémicas grabaciones para evitar que se divulguen secretos "diplomáticos o de seguridad". "¿Para qué esa comisión de investigación, para descubrir qué exactamente?", se quejó Le Pen.