Unas 700 personas han quedado atrapados en tierra de nadie, hacinados entre concertinas, en la frontera serbohúngara. Un miembro del partido opositor serbio ha revelado a laSexta Noticias que los refugiados están firmando un papel, según el cual se declaran inmigrantes ilegales, lo que significa la expulsión inmediata del país.