La declaración está firmada por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Antonio Gutiérrez; el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad Al Hussein; el representante especial del secretario general para la Migración Internacional y el Desarrollo, Peter Sutherland, y el director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), William Lacy Swing.
En ella, instan firmemente a los líderes de la UE a anteponer las vidas humanas, los derechos y la dignidad hoy cuando aborden una respuesta común a la crisis humanitaria en el Mediterráneo, a raíz de la muerte de más de 1.600 inmigrantes en lo que va de año.
Tras recordar que la UE se sustenta en los principios de "humanidad, solidaridad y respeto de los Derechos Humanos", piden a los jefes de Estado y de Gobierno que se reúnen en Bruselas que demuestren liderazgo político y moral en las medidas que adopten y que se incluyan estos valores.
En este sentido, consideran que la UE debe ir más allá del enfoque minimalista que supone el plan de diez puntos presentado, que "se centra principalmente en frenar la llegada de inmigrantes y refugiados a sus costas".
Los responsables de la ONU defienden que "la seguridad, las necesidades de protección y los Derechos Humanos de todos los inmigrantes y refugiados deberían estar en la vanguardia de la respuesta de la UE".
Así, piden a los líderes europeos que miren más allá de la situación actual y trabajen estrechamente con los países de tránsito y origen tanto para aliviar el sufrimiento inmediato de los migrantes y refugiados como para abordar de una forma más integral los muchos factores que les llevan a recurrir a tales travesías desesperadas.
"Las medidas de seguridad por sí solas no resolverán la cuestión de la inmigración irregular, sino que podrían incrementar los riesgos y abusos a los que se enfrentan los migrantes y refugiados", advierten los firmantes.
En este sentido, recomiendan expresamente la creación urgente y sin demora de una operación de búsqueda y rescate liderada por los estados miembro y que sea "fuerte, proactiva y bien financiada" que tenga una capacidad "similar" a la operación 'Mare Nostrum' que llevó a cabo el Gobierno italiano y que tenga "una misión clara de salvar vidas".