"Si soy elegido presidente, Daesh desaparecerá, y desaparecerá muy rápidamente", agregó el magnate inmobiliario. Trump dedicó buena parte de su discurso a criticar la política exterior del presidente estadounidense, Barack Obama, cuyo legado en el mundo, ha su juicio, ha sido de "debilidad, confusión y caos".

"Hemos hecho que Oriente Medio sea más inestable y caótico que nunca antes", y se le ha dado al Daesh "el espacio que necesitaba para crecer y prosperar", afirmó Trump.

"Todo eso comenzó con la peligrosa idea de que podíamos convertir en democracias occidentales a países que no tenían experiencia ni interés en convertirse en una democracia occidental", agregó en aparente referencia al respaldo estadounidense a las primaveras árabes.

El objetivo en Oriente Medio de un Gobierno presidido por Trump sería, dijo, "derrotar a los terroristas y promover la estabilidad regional, no los cambios radicales". En EEUU, el país, afirmó, debe "dejar de importar el extremismo", porque ahora mismo no sabe "lo que hace esta gente" que llega al país.

Con este discurso, Trump pretende aportar seriedad a un área de su campaña, la política exterior, que ha generado nerviosismo fuera de EEUU y en la que se le ha criticado desde su temeridad hasta su tendencia al aislacionismo.

El magnate quiso dejar claro que el principio que articulará esa política será "EEUU primero", que significa que "ningún ciudadano estadounidense volverá a sentir que sus necesidades van después de las de los ciudadanos de países extranjeros". "Miraré al mundo desde la clara lente de los intereses estadounidenses", aseguró el aspirante republicano.