En Boston, varias personas protestan llenas de indignación y rabia a las puertas de la funeraria que custodia los restos mortales de Tamerlan Tsarnaev, pues no quieren que sea enterrado allí.
Y no sólo es Boston quien se opone a que el terrorista sea enterrado en su territorio. Los estados de Nueva Jersey, Connecticut y Massachusetts también se han negado a darle sepultura en sus cementerios.
La razón de esta oposición es que temen que la tumba se convierta en un centro de peregrinación para radicales.