El barco, un remolcador recién fabricado, realizaba pruebas en la provincia oriental china de Jiangsu cuando se hundió con 25 personas a bordo, de las que tres fueron rescatadas.

Los equipos de rescate han conseguido subir a la superficie los restos de la nave, 40 horas después de su naufragio, y han certificado el fallecimiento de la mayor parte de su tripulación.

La Administración de Seguridad Marítima de Jiangsu ha señalado que entre los fallecidos había catorce chinos, cuatro singapurenses, un indonesio, un malasio, un indio y un japonés.

El remolcador se hundió en el canal de Fubei del río Yangtsé, el más grande y caudaloso de China, en una zona de corrientes rápidas y con aguas de un denso color marrón, por la gran cantidad de sedimentos que transportan, lo que dificultó las labores de rescate.

Un total de 23 barcos, incluidos remolcadores y patrulleras de la zona, y una grúa fueron enviados a los alrededores del punto donde se hundió el barco, para sacarlo del agua y hallar a sus pasajeros.

El buque, llamado 'Wanshenzhou 67', de 30 metros de largo y con un peso aproximado de 368 toneladas, había sido fabricado por la Compañía de Maquinaria Bengbu Shenzhou, en la provincia vecina de Anhui (este de China).

El fabricante no había avisado a las autoridades portuarias de que iba a llevar a cabo pruebas con él en la zona, ni de la ruta que esperaba tomar para ello, como es habitual en China.