La protesta inicial se originó en Estambul para salvar un céntrico parque de la destrucción y dio lugar lugar a 90 manifestaciones por tofo el país que han terminado con un total de 939 personas detenidas desde el pasado viernes.

Según una fuente oficial, parte de estos detenidos ya han sido puestos en libertad, mientras que al menos 79 personas han resultado heridas en los enfrentamientos.

Después de tres días de tensa acampada en el parque y dos de enfrentamientos policiales que acabaron el sábado por la tarde con la retirada de las fuerzas de orden de la simbólica plaza de Taksim, los manifestantes estuvieron celebrando su "victoria" hasta altas horas de la noche.

El domingo ha amanecido sin violencia y sólo la lluvia ha obligado a numerosos manifestantes a dejar la plaza ya por la mañana, mientras que otros continúan en el parque donde intentan realizar labores de limpieza.

También el barrio de Besiktas, donde se registraron violentos enfrentamientos hasta tarde en la noche del sábado, está en calma ahora. El desalojo forzoso de los manifestantes en el parque Gezi de Estambul en la madrugada del viernes por parte de la policía turca hizo estallar la situación.

Decenas de miles de personas salieron a las calles para enfrentarse a las fuerzas del orden y pronto exigieron la dimisión del Gobierno, en manos del Partido Justicia y Desarrollo (AKP), islamista moderado.

De ahí las protestas se propagaron a otras ciudades, sobre todo a la capital Ankara, donde también miles de personas, en su mayoría estudiantes, se enfrentaron a la policía.

La violenta represión policial, con gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes, fue criticada por organizaciones internacionales de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, que calificaron la reacción de la policía de "excesiva".

En una nota emitida el sábado, Amnistía Internacional señaló que se había informado sobre "un millar de heridos y al menos dos muertos", aunque este último dato no ha podido ser verificado y el Ministerio de Interior ha negado que haya muertos.