El Gobierno nipón sigue sin tener noticias de los dos japoneses secuestrados por el Estado Islámico (EI), un día después de que se cumpliera el plazo dado por el grupo yihadista que reclama 200 millones de dólares. El ministro japonés de Exteriores, Fumio Kishida, ha hablado a los medios después de una reunión de crisis en Tokio en la residencia del primer ministro, Shinzo Abe, a la que asistieron otros miembros del Gabinete y en la que ha revelado que el Gobierno sigue intentando confirmar si los rehenes siguen o no con vida y que "de momento no hay ninguna información sobre su estado".
Por su parte, el viceministro de Exteriores, Yasuhide Nakayama, al cargo del equipo especial que trabaja en Ammán para gestionar la crisis de los rehenes, dijo que la situación permanece "tensa" y "difícil" una vez acabado el plazo y sin que aparentemente el EI haya hecho ningún anuncio desde entonces. "Pero seguimos centrados en conseguir información desde diversas fuentes y actuar en consecuencia", explicó Nakayama a los medios nipones el viernes por la noche en la capital jordana y aseguró que el Gobierno tiene como prioridad "salvar vidas humanas".
En un vídeo publicado en internet el pasado martes, un supuesto miembros del grupo yihadista dio un plazo de 72 horas al Gobierno de Japón para pagar 200 millones de dólares y evitar la ejecución de dos rehenes de nacionalidad japonesa. Una vez cumplido el plazo este viernes, las autoridades de Tokio aseguraron que seguirán haciendo todo lo posible para liberar a los rehenes.
El Gobierno reveló que mantiene sus contacto con países como Jordania y Turquía para, a través de ellos, conseguir llegar a autoridades religiosas y líderes locales que les ayuden a conseguir la liberación de los dos japoneses. Por su parte, Muhammed Ibrahim, un miembro del grupo opositor sirio Coalición Nacional Siria (CNFROS), reveló a la cadena pública japonesa NHK que su grupo está ayudando a Japón para conseguir la liberación de los dos rehenes.
Ibrahim explicó desde la ciudad turca de Gaziantep, cerca de la frontera con Siria, que algunos miembros de la coalición están recabando información sobre los rehenes por petición del Gobierno japonés. Los dos japoneses en manos del Estados Islámico son Kenji Goto, un conocido periodista freelance de 47 años, y Haruna Yukawa, un hombre de 42 años que viajó a Siria aparentemente para montar una empresa de seguridad y que acabó uniéndose a un grupo rebelde sirio.