El número de muertos por la erupción del volcán Ontake ha ascendido a 36 después de que los equipos de rescate localizaran cinco nuevos cuerpos cerca de la cima del monte, que se suman a los 31 encontrados en la víspera.

No obstante, sólo se ha confirmado oficialmente de momento la muerte de diez personas, ya que la legislación japonesa no permite al personal de los equipos de emergencia certificar el fallecimiento, algo que sólo puede hacer un médico.

De este modo, los servicios sanitarios aún esperan a los pies del volcán la llegada de la mayoría de cuerpos, los cuales están bajando poco a poco los operativos de rescate.

En las tareas de rescate participan unos 550 efectivos de la policía, bomberos y Fuerzas del Ejército y se tuvieron que cancelar nuevamente debido a la excesiva propagación de gas tóxico por culpa de las continuadas erupciones del volcán.

"Hay una capa de unos 50 centímetros de ceniza en la zona de la cima del monte que hace difícil caminar y nos impide movernos. Cuando hace viento, se levanta la ceniza y no podemos ver nada", explicó el jefe del cuerpo de rescate de las Fuerzas de Auto Defensa a la cadena pública NHK.

El número de heridos de diversa consideración que ha provocado la erupción se mantiene por el momento en 63.

El Ontake, el segundo volcán más alto de Japón con 3.067 metros de altura y ubicado a unos 100 kilómetros de la ciudad de Nagoya, comenzó a expulsar humo, rocas y cenizas en la madrugada del sábado y desde entonces ha continuado emanando residuos.