3 millones de niñas no van al colegio por miedo en Pakistán

Hina Khan tiene apenas 17 años pero ya es la enemiga a derribar para los talibanes ahora que Malala se recupera en Birmingham y ya ha empezado a hablar.A su familia le han puesto una cruz en la puerta de su casa de Islamabad para amenazarles y todo porque ella es activista, lo que en Pakistán quiere decir simplemente que un día decidió que no iba a dejar de estudiar porque los radicales se lo exigiesen.  Los talibanes la han amenazado de muerte pero ella no piensa abandonar su lucha.

Hina y su familia tuvieron que irse del valle del Swat en 2008, cuando los extremistas taparon con la locura de su guerra el sonido de las cascadas de uno de los lugares más bonitos del mundo. Desde los trece años, Hina Khan ha dicho en ruedas de prensa algo tan sencillo como que resignarse a dejar a las niñas sin educación es dar a los radicales una catapulta hacia el éxito. “Somos inocentes, ¿cuál es nuestro pecado?”, se pregunta.  Hina piensa en Malala y quiere vivir, por eso, no está dispuesta a quedarse quieta en la jaula que otros han diseñado para ella.