El accidente de un helicóptero en el centro de Londres, que se estrelló contra la grúa de uno de los edificios más altos de la ciudad, ha provocado 2 muertos y 13 heridos, según la Policía. El piloto, fallecido en el accidente, había pedido permiso para aterrizar por el mal tiempo.

Un equipo de la Unidad de Investigación de Accidentes Aéreos (AAIB) estudiará las causas del aparatoso siniestro, ocurrido cerca del edificio de los servicios secretos británicos MI6. Un portavoz de la AAIB dijo que pueden "pasar meses" antes de que se completen estas pesquisas, que tratarán de determinar si se cumplieron los procedimientos fijados por la Autoridad de Aviación Civil (CAA) para los helicópteros que sobrevuelan Londres.

Hasta ahora, todo apunta a que la falta de visibilidad pudo contribuir a que el aparato, de dos motores y uso comercial, en el que tan sólo viajaba el piloto, se estrellara contra la grúa que estaba instalada en lo más alto de un edificio en construcción.

La colisión se produjo contra la grúa montada sobre el "St George Wharf Tower", como se conoce a este edificio de 180 metros y 50 plantas de altura, y provocó la explosión del aparato, que cayó al suelo provocando una gran bola de fuego que alcanzó a varios vehículos de la zona, según testigos.

El comandante de la Policía Metropolitana de Londres, Neil Basu, afirmó, en declaraciones a la cadena BBC, que fue un "milagro" que el espectacular choque no ocasionara más víctimas, al tratarse de un área muy concurrida y a una hora punta de la mañana. Los testigos escribieron lo sucedido como "si se tratara de una película de guerra", mientras otros pensaban que todo el inmueble se "derrumbaría a trozos".