Tener una joyería en Francia ahora mismo puede costarte la vida, y es que en el país galo los robos de oro se han disparado. Sólo en la capital en los últimos seis meses se han producido 1.500 atracos, todos ellos con auténticos profesionales, van armados y dispuestos a matar.
Por la seguridad de todos los ciudadanos, Francia ha extremado la vigilancia, incluso ha creado una unidad especial porque pasear por las calles francesas con oro a la vista se está convirtiendo en una decisión peligrosa.
Cada día la policía puede llegar a ver hasta seis asaltos diarios. Con la crisis el oro se ha convertido en un valor más que seguro. Desde 2008 su precio no ha dejado de subir. Hace diez años una onza de este metal precioso costaba 400 euros, ahora 1.700. Fácil de robar y fácil de colocar en el mercado. Por eso Francia ha aprobado una nueva medida: cualquier vendedor de oro tendrá que identificarse primero.