Una cosa es ver los efectos de 'Sandy' por televisión y otra es vivirlo en tu propia piel a oscuras, con vientos de hasta 140 km por hora y totalmente anegados. Así es como ha pasado Luis y su mujer este infierno en su casa de Nueva Jersey.

“Ha sido una situación muy difícil, ha habido un momento de pánico, un golpe seco acompañado de una claridad”, cuenta Luis. Uno de los cientos de transformadores que estallaron durante la tormenta sumistraba luz a su casa.

Luis y su mujer hicieron acopio de víveres y mantas. Para luchar contra el frío, se han refugiado en sus sótanos. “Aquí podemos estar hasta tres o cuatro días puede ser un desastre”, lamenta. A juzgar por lo que en las calles de Nueva York, quizás tengan que aguantar más.

Hay cinco millones de personas sin luz. Las autoridades han dicho que tardarán, mínimo 10 días, en restaurar los daños y volver a tener electricidad. Luis y su mujer,  como muchos estadounidenses, están incomunicados. “Me he quedado sin internet, no puedo hablar con nadie”, cuenta.

Ha sido una noche más que intensa para muchos españoles afincados en Nueva York. Daniel, que lleva cuatro años viviendo en Nueva York cuenta, cómo vio hundirse un edificio. Para Pilar, que estudia un master en la Universidad de Columbia, asomarse a la ventana era suficiente para aterrorizarla: “Hacia mucho viento y cuando vi que se caía un árbol me asusté”.