El presidente del centro médico ha escrito una queja formal al presidente del grupo Southern Cross Austereo para condenar la llamada de "consecuencias trágicas" hecha el pasado martes por dos de sus locutores.

Dice que las conversaciones en las que los locutores engañaban a Jacintha Saldanha haciéndose pasar por miembros de la Familia Real británica nunca se deberían haber grabado y mucho menos emitido. La cadena australiana se defiende diciendo que no ha hecho nada ilegal.

Un día después de que la enfermera Jacintha Saldanha, de 46 años, que llevaba cuatro años trabajando para ese centro, fuera víctima de la encerrona telefónica, apareció muerta en su domicilio. Aunque la policía no confirmó la causa del fallecimiento, los medios británicos apuntan a que se trata de un supuesto suicidio.

El jefe del hospital ha escrito a la dirección de la emisora para decirles que es "lamentable que la llamada fuera grabada" y luego hecha pública. La cadena afirma que fue revisada por sus abogados antes de emitirse.

Rhys Holleran, presidente ejecutivo de Southern Cross Austereo, ha declarado que no han hecho "nada ilegal" y que se trata de "un trágico suceso que razonablemente no podíamos prever".

Jacintha llevaba cuatro años trabajando en el hospital, donde estaba ingresada Kate Middleton por su embarazo. Nunca había tenido problemas hasta que el martes pasado recibió una llamada supuestamente de la Reina Isabel II, interesándose por el estado de la esposa del príncipe Guillermo, Catalina, ingresada por náuseas debidas a su embarazo.

Los presentadores, Mel Greig y Michael Christian, están en tratamiento psicológico y han cerrado sus cuentas de Twitter. La cadena ha decidido cancelar el programa indefinidamente.

Los compañeros de la víctima se han acercado hasta su casa para dar el pésame a su marido y sus dos hijos. La Familia Real no piensa tomar represalias contra el hospital y afirman que estaban "muy agradecidos" con el trato recibido por el personal del hospital.