El embajador ruso en Washington, Sergei Kisliak, ha dado por terminada su misión diplomática en EEUU tras casi 10 años en el cargo y unos últimos meses marcados por la polémica con la Casa Blanca.
Primero, porque el ex asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Michael Flynn, dimitió en febrero después de que saliera a la luz que había mentido al vicepresidente, Mike Pence, y a otros altos cargos de la Casa Blanca acerca de una conversación que había mantenido precisamente con Kisliak, el día previo a que Washington impusiera, a finales de diciembre, una nueva ronda de sanciones contra Rusia.
Segundo, porque en mayo el propio Trump tuvo que desmentir que hubiera revelado información altamente clasificada al ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov y a Kisliak, tan sensible que los detalles se le ocultaron a los aliados y han estado estrictamente restringidos incluso dentro del Gobierno estadounidense.
Ahora Kisliak deja un cargo que desempeñaba desde septiembre de 2008, según ha hecho saber portavoz de la Embajada, Nikolái Lajonin. "El 22 de julio el embajador Serguéi Ivánovich Kisliak terminó su misión en Washington", dijo.
Ahora, el ministro consejero Denis Vladimirovich Gonchar asumirá las funciones del encargado de negocios de Rusia en EEUU hasta la llegada de un sustituto, que podría tratarse de Anatoli Antonov.