Cansados de que los discursos del Gobierno se queden en palabras, miles de indignados salen a la calle en Brasil para exigir acciones. Durante las protestas, más de cien personas han sido detenidas. Y es que la propuesta de referéndum para la reforma de la Constitución no ha llegado a convencer a todos. En Rio de Janeiro las calles se siguen llenando de indignados, que piden un cambio.

En las manifestaciones se reclama más servicios gratuitos por parte del Gobierno brasileño, como el transporte, pues consideran que una rebaja no es suficiente.  Dilma Roussef, la Presidenta de Brasil, propuso celebrar un referéndum ante la presión, y presentó cinco grandes pactos. "La gente en las calles nos está pidiendo un cambio. Quieren que se amplíe y que sea rápido. Quieren más ciudadanía, unos servicios públicos de calidad, mecanismos más eficaces para combatir la corrupción y la garantía del buen uso de los fondos públicos".

Los pactos se basan en garantizar la estabilidad económica controlando la inflación, combatir la corrupción, mejorar el sistema de salud, ampliar la red de transporte y dedicar más presupuesto a la educación.

Pero, el temor a que las promesas no se conviertan en realidad, sigue haciendo que miles de personas salgan a protestar a la calle, indignados con el Gobierno por invertir dinero en construir estadios, preparar eventos como la visita del Papa, los Juegos Olímpicos, mientras se descuidan los derechos de los ciudadanos.