Las familias de las víctimas aún no han tenido oportunidad de ver los cuerpos de los fallecidos mientras termina el proceso de investigación y el trabajo de los forenses.
La localidad de Newtown vive un momento muy complicado, se trata de una localidad de poco más de 27.000 habitantes, la mayoría jóvenes, ya solamente en este pueblo hay con seis escuelas primarias.
Todos los vecinos han mostrado su apoyo a las familias con velas, carteles y flores. También se han visto muestras de apoyo a los profesores, y muchos niños de otros centros acompañados por sus padres.
Una profesora ha declarado que lo peor se espera para las próximas semanas, cuando los pequeños comiencen a hacerse preguntas. En la Iglesia de Santa Rosa de Newtown se volverán a vivir otras tres jornadas de luto.
Los vecinos están juntos en el rezo, en el dolor y en la rabia, porque nadie en Newtown ni en todo Estados Unidos, se explica esta tragedia. Una vecina ha declarado que "es muy duro, y me da mucha pena también por sus padres".
Los abrazos se multiplican, todos necesitan un abrazo y un hombro sobre el que llorar la impotencia. Otra vecina ha dicho: "El 11-S cambió mi vida y esto ha cambiado mi vida", al igual que otro vecino: "Siempre estará en nuestras mentes, igual que el 11-S está en nuestras mentes para siempre".
Ni siquiera aquellos que creen que todo tiene un porqué divino pueden evitar desplomarse. El párroco del pueblo ha hablado con los medios tras hablar con una niña sobre su hermana que le decía "¿Con quién voy a jugar ahora? No tengo nadie con quien jugar".
La tinta de las notas de ánimo, las flores o los globos son la única manera de sentir a las víctimas más cerca.