La exhumación duró apenas una hora gracias a que el tiempo y las condiciones en que se llevaron a cabo los trabajos fueron mejores de lo que se esperaba, y el acceso fue expedito, toda vez que el féretro de Neruda estaba separado del de Matilde Urrutia.

Tras la rotura de la urna y el análisis con rayos equis, los restos fueron enviados a la sede en Santiago del Servicio Médico Legal (SML), dijo el director de este organismo, Patricio Bustos, quien no precisó cuándo se sabrá si Neruda fue asesinado, aunque fuentes del organismo han señalado que los análisis podrían durar unos tres meses.

Algunas muestras podrían ser enviadas al extranjero para su análisis, dijo Bustos, que aseguró que se han recibido ofertas desde Suiza, Canadá y Suecia. "Hemos estado en esta situación durante un tiempo breve y ahora nos trasladamos a Santiago con la urna", dijo el juez Mario Carroza, quien confirmó que los restos del poeta y los de su mujer, Matilde Urrutia, fallecida en 1985, se encontraban "en urnas separadas y en buen estado".

"Se harán todas las pericias necesarias y se podrá, a través de peritos, determinar las causas de la muerte del poeta. Los peritos deben trabajar el tiempo necesario con tal de que se conozcan las causas (de la muerte)", subrayó.  "Los peritos trabajaron cumpliendo todas las medidas de seguridad que corresponden, para evitar todo tipo de intervención, de contaminación. Se extrajo la urna completa", indicó el director del SML. Añadió que Rodolfo Reyes, sobrino del poeta, identificó la inscripción que se encontraba en el ataúd, por lo que "el tema identificatorio está completamente resuelto".

Bustos ha enfatizado que lo más importante en los análisis será encontrar la presencia de tóxicos, advirtiendo que "no hemos contado con fichas clínicas o biopsias que podrían haber ayudado a avanzar en el ámbito pericial y judicial".

Testigos de la exhumación fueron el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, el abogado Contreras, el chófer Manuel Araya, algunos familiares del poeta y representantes de la Fundación Pablo Neruda, institución que rechazó la exhumación por considerar que el poeta murió de cáncer.