Tercer día consecutivo con Bruselas paralizada desde que el gobierno belga decretara el máximo nivel de alerta. No hay colegios, las empresas permiten trabajar desde casa, prácticamente no hay tráfico y el metro permanece cerrado en una ciudad que respira un clima de gran preocupación ante el que mucha gente prefiere quedarse en casa por el miedo de lo que pueda suceder.