La imagen de la desesperación nos lleva hasta la frontera de Serbia con Croacia. Una avalancha humana se ha producido en la zona. Familias de refugiados sirios con bebés en brazos han saltado las vallas entre empujones, mientras la Policía croata se veía desbordada. Los agentes están equipados con porras y gases lacrimógenos para impedir la entrada de más refugiados a Croacia.