Ali Hussein fue el único superviviente de una matanza de 700 soldados a manos de ISIS en el desierto iraquí. Él mismo cuenta cómo se hizo el muerto y permaneció tumbado entre los cadáveres ejecutados hasta que cayó la noche y escapó por el río Tigris. Este testimonio podría ser clave para el informe de la ONU sobre los crímenes contra la humanidad de ISIS.